Ya he pasado dos veranos con estas sandalias, y las hebillas de la tira del tobillo se había deteriorado mucho, tanto que parecían más viejas cuando el resto de la sandalia se mantenía bastante bien.
Como siempre estoy dándole vueltas a la cabeza, solucioné el problema con un cordón rojo de algodón, nada, no tarde ni 5 minutos, un nudo a cada extremo y deshacer el cordón para que se formara una borla en cada terminación.
Sin embargo para poder sacar un rato y hacerme la pedicura en casa, siempre pensando en no herir la sensibilidad de los lectores y colgar una foto en condiciones, he tardado casi un mes!
¡Genial! A veces tiramos cosas a las que con un poco de ingenio podemos dar una nueva vida. ¡Me encanta!
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